Esta semana hemos visto como el patio
de nuestro colegio ha ido modificándose. El motivo ha sido la tala de tres
grandes pinos.
Todos hemos ido comprobando cómo
desaparecían de nuestro patio unos árboles que, si bien no eran centenarios, sí
que tenían más de cuarenta y cinco años.
Desde luego son muchas las historias
que estos pinos habrán escuchado o vivido. Más de un alumno recordará cuando,
jugando al fútbol, el balón quedaba en las ramas y los compañeros comenzaban a
lanzar piedras para hacer que cayera, hasta que íbamos los profesores y les
llamábamos la atención, obligándoles a coger la pértiga para poder sacarlo de
las ramas.
Además a muchos de nuestros alumnos les gustaba
ir a sentarse en los bancos que habían bajo estos pinos, pues, en los días más calurosos,
había muy buena sombra. Allí nuestros chicos comentaban sus inquietudes, sus
problemas, sus anécdotas… en fin, un montón de historias que solo nuestros
pinos conocían y que se han llevado en secreto.
Desde aquí decimos adiós a estos
árboles que nos han acompañado durante muchos años y que han tenido que ser
talados, no por nosotros, sino por
causas de fuerza mayor.
Seguramente, otros ocupen su lugar,
pero desde luego siempre tendremos estas imágenes para el recuerdo.
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